- Palabra: GONZALO CHÁVEZ A.
100 días, la coartada perfecta y el chiru chiru
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- Miércoles, 17 Febrero 2021
Por Gonzalo Chávez A. es economista.
En la semana que termina se ha completado tres meses del gobierno del Presidente Arce. Evaluemos su desempeño desde la perspectiva económica. Cómo estamos en pleno domingo de Carnaval me permito sugerir tres músicas para caracterizar la gestión de la política económica. Primero, el viejo éxito infantil Yo no fui, fue Teté. Segundo, el huayñito Poco a poco. Y, tercero, la cacharpaya El chiru chiru, o El ferroviario.
Según el relato oficial, hasta noviembre de 2019, la economía boliviana iba por muy buen camino. El modelo económico social comunitario productivo (MESCP) desplegaba todas sus virtudes. Cuando, de la nada, se produjo el golpe de Añez, cuyo objetivo principal fue destrozar toda la economía y reimplementar en tiempo récord, 11 meses, el fundamentalismo de mercado. La recesión económica, la inflación baja, el aumento de la deuda externa, la pérdida de reservas internacionales, el aumento de la pobreza, el fracaso de las empresas públicas, la tos, el catarro y el ataque de caspa fueron responsabilidad del gobierno facto. Al unísono, desde el árbol del poder y de manera machacona, se canta a voz en cuello: De tin marín de dos pingüé. Cúcara, mácara, títere fue. Yo no fui, fue Teté. Pégale, pégale, que ella fue. Marginalmente, se reconoce que la peste, la cuarentena y la hecatombe económica internacional tuvieron algún efecto en la crisis, pero, por supuesto, la mayor responsabilidad fue de Teté Añez. Evidentemente, el mal gobierno de Añez, que no tuvo norte económico y que en menos de un año cambió cuatro ministros del área, proporciona la coartada perfecta para colocar debajo de la alfombra los graves problemas de la economía boliviana que se arrastran desde hace décadas y que hicieron aguas el año 2014. Es la disculpa óptima para borrar 14 años de gestión pública despilfarradora.
Cuándo alguien se atreve a preguntar ¿Quién es responsable de seis años de déficit comercial, siete años de déficit público, pérdida de las reservas internacionales de más de 8.500 millones de dólares entre el año 2014 y 2019, aumento de la deuda externa de 14 a 26 % del PIB, caída de la inversión pública a partir del 2016, crecimiento brutal de la economía informal y la desaceleración de la economía desde el 2014? Por supuesto, que fue Teté y los vampiros neoliberales, cuyos poderes son atemporales. Afectan el pasado y el futuro.
Pero la pesadilla ya pasó. Manos en la cintura. Pututos al viento, ñustas y ñustos en do mayor, puños en alto y en fila, de uno y uno. Volvieron los papichulos de la economía, también conocidos como los Chuquiago Boys. Felizmente ahora la máquina está en manos de los buenos de la película y, poco a poco, se devolverá a los rieles al tren del Estado. Se debe restablecer el modelo exitoso extractivista. A la voz de dos, tres: viene la estrategia gradualista: “Poco, poco a poco me has querido. Poco a poco me has amado. Y al final todo ha cambiado”.
Cuando mucha gente esperaba que dada la gravedad de la crisis se presentaría un plan integral para la recuperación de la economía, el gobierno optó por medidas parciales que, sorprendentemente, no correspondían a la grandilocuencia de la denuncia y diagnóstico de la crisis económica. Veamos las más medidas más importantes: se presentó como gran novedad el ono contra el hambre y se borró completamente de la historia corta, inclusive se los tildó de neoliberales, a los cuatro bonos entregados por Añez. Se aumentó las rentas a los jubilados y se prolongó el refinanciamiento y reprogramando créditos. Cabe recordar que el diferimiento por nueve meses del pago de intereses y principal fue una medida impulsada por la Asamblea Legislativa controlada por el MAS durante el golpe. Así mismo, se estableció el reintegro del Impuesto al Valor Agregado, se realizó la condonación del 50% del RC IVA y se implementó el impuesto a la riqueza, una medida más rimbombante que efectiva. Se pretende recaudar 14.5 millones de dólares, una cosquillita a la punta del iceberg social pero que es presentado como un machetazo a los ricos. Aquí unos datos para ver cómo con esta medida, se hizo más ideología que economía. El impuesto plantea recaudar 100 millones de Bs o 14.5 millones de dólares. Esto equivale al 0.0035% del PIB. El déficit público en Bolivia está alrededor de 12 % del PIB o 4.800 millones de dólares. 14.5 millones de dólares significa el 0.36%. Según el Presupuesto General de la Nación, los ingresos del Estado serán de 32,809 millones de dólares en el 2021. Lo recaudado por el Impuesto a la Riqueza equivale a 0,044 % del total de ingresos. Los amados y siempre bien ponderados Cachamozos del sector informal agradecen una vez más la indiferencia del gobierno, por supuesto abrazan con ahínco, en este Carnaval, el glorioso proceso de cambio que los deja tranquilos disfrutar de las avenidas del libre mercado.
En suma, el grueso de las medidas del gobierno estuvieron concentradas en el lado de la demanda y muy poco se hizo por el lado de la oferta de la economía. Se creó un fondo 130 millones de dólares para un proceso de sustitución de importaciones, cuya viabilidad es dudosa, con un tipo de cambio real apreciado. Y se destinó 500 millones de dólares a empresas públicas.
Finalmente, al ritmo del Chiru chiru me llaman a mí por robar tu corazón y tu calzón se sostiene que como esta crisis solamente fue un accidente de recorrido, resta ahora volver a colocar el tren en los rieles del proceso de cambio, cuyo destino es la vieja normalidad. La receta la conocemos, es el glorioso MESCP basado en recursos naturales, la destrucción del medioambiente, hípercrecimiento del consumo, industrialización de las materias primas. Así que meta nos más leña fogonero, meta no más, quiero verla partir en ese tren que ya se va... la Teté.